Si hay algo ahora mismo en el mundo que me apasiona, eso son las grúas. Las veo a distancia, las voy buscando por donde quiera que paso y comparto mis hallazgos con quienes me rodean: "Mía, mamá, ¡¡¡unagúaaaaaaaaaa!!!".
Cuando estoy en casa me pego el día con una grúa de los chinos que me compró mi abuela Nieves. Si me baño, la dejo encima de la taza del váter; si como, encima de la mesa; si no estoy en casa, voy a por ella nada más llegar. No entiendo la vida sin mi grúa. Ya se ha roto un par de veces y mi papá la ha apañado como ha podido, porque de no haber sido así en casa se habría mascado la tragedia. Ahora mismo, no hay nada que me importe más en el mundo que mi grúa. Coge terra. Tira terra camión. Gúa. Gandeeeeee.
No sin mi grúa.
Cuando estoy en casa me pego el día con una grúa de los chinos que me compró mi abuela Nieves. Si me baño, la dejo encima de la taza del váter; si como, encima de la mesa; si no estoy en casa, voy a por ella nada más llegar. No entiendo la vida sin mi grúa. Ya se ha roto un par de veces y mi papá la ha apañado como ha podido, porque de no haber sido así en casa se habría mascado la tragedia. Ahora mismo, no hay nada que me importe más en el mundo que mi grúa. Coge terra. Tira terra camión. Gúa. Gandeeeeee.
No sin mi grúa.