domingo, 28 de marzo de 2010

mateo el mago (en movimiento)

Ya relaté en una entrada pasada mi primera experiencia carnavalera. Pues bien, ahora os muestro la grabación del momento cumbre: la mañana en la que me colocaron el disfraz de mago, prueba irrefutable de lo que tengo que padecer yo con estos padres que me han caído en suerte.


¡zas, zas, lanza rayos!





año y medio

Oficialmente, ya tengo año y medio. Olé.

Para que no quepan dudas sobre mis progresos de aprendizaje, aquí os dejo un interrogatorio al que me sometieron mis padres hace ya unos cuantos meses (ahora sé muchas cosas más).


miércoles, 3 de marzo de 2010

lo que me gusta

Apunto de cumplir año y medio, sigo desarrollando gustos, rarezas y habilidades.

Por ejemplo, me encanta dibujar estrellas. O que me las dibujen, porque de momento no estoy muy contento con mis resultados artísticos. Puedo tener a mis padres o a mis abuelos rato y rato dibujando estrellas, grandes y pequeñas.

Me gusta poner los tapes. Es casi una obsesión. Incluso cuando estoy dormido y mis papás me dan agua exijo poner el tape al biberón. Grito: "¡Tapeeee!", lo coloco y me vuelvo a dormir.

No me gusta entrar en casa. Si me han sacado de paseo, me pasaría el resto de la vida en la calle. No veas cómo me enfado cuando me doy cuenta de que estamos volviendo al ascensor. Aquí también grito "¡Calleeeeee!", pero no cuela como con el tape.

Me gusta meter y sacar cosas. Tiro mis pañales con caca a la basura, ayudo a mamá a sacar la ropa de la lavadora y se la voy dando para que tienda y recojo las cosas en los cajones. Aunque a veces son las mismas cosas que he sacado antes porque sí, como los zapatos.

Conozco los nombres de muchas cosas y de muchos animales, el color verde, rojo, amarillo y azul y las vocales. También conozco la letra "m" y el número 6.

Me gusta mucho bailar y cantar, especialmente esa canción que dice: "Ooooooooooo...".

Me gustan los coches, los autobuses, los camiones y los aviones, y los voy buscando por la calle para llamarlos a gritos: "Ocheeee", "Touuuuus", "Mióooon", "Ión".

No tengo paciencia. Si me dicen que a tomar el biberón, me lo tienen que dar ya. Si me dicen que nos vamos a la calle, nos tenemos que ir ya. Si quiero que me pinten una estrella, me la tienen que pintar ya. Y, si tardan más de medio segundo, me pongo nervioso y protesto. Es algo que mis papás están intentado cambiar, porque no les gusta nada que sea tan protestica, pero me parece que les va a costar.

Me encantan las galletas. En cuanto entro en una casa, pido "teeeta", ficho dónde las guardan cuando me la dan (porque siempre me la dan la primera vez) y la siguiente vez que voy me voy directamente a la cocina a señalarles exactamente lo que quiero. Ahí ya no siempre me salgo con la mía, porque juega en mi contra las veces que haya hecho lo mismo a lo largo del día.

Qué ganas tengo de que llegue el día en el que no tenga que pedirle las cosas a nadie, poder dibujar estrellas durante horas y horas, poner y quitar tapes a mi antojo y poder comer galletas hasta caerme de espaldas.