Apunto de cumplir año y medio, sigo desarrollando gustos, rarezas y habilidades.
Por ejemplo, me encanta dibujar estrellas. O que me las dibujen, porque de momento no estoy muy contento con mis resultados artísticos. Puedo tener a mis padres o a mis abuelos rato y rato dibujando estrellas, grandes y pequeñas.
Me gusta poner los tapes. Es casi una obsesión. Incluso cuando estoy dormido y mis papás me dan agua exijo poner el tape al biberón. Grito: "¡Tapeeee!", lo coloco y me vuelvo a dormir.
No me gusta entrar en casa. Si me han sacado de paseo, me pasaría el resto de la vida en la calle. No veas cómo me enfado cuando me doy cuenta de que estamos volviendo al ascensor. Aquí también grito "¡Calleeeeee!", pero no cuela como con el tape.
Me gusta meter y sacar cosas. Tiro mis pañales con caca a la basura, ayudo a mamá a sacar la ropa de la lavadora y se la voy dando para que tienda y recojo las cosas en los cajones. Aunque a veces son las mismas cosas que he sacado antes porque sí, como los zapatos.
Conozco los nombres de muchas cosas y de muchos animales, el color verde, rojo, amarillo y azul y las vocales. También conozco la letra "m" y el número 6.
Me gusta mucho bailar y cantar, especialmente esa canción que dice: "Ooooooooooo...".
Me gustan los coches, los autobuses, los camiones y los aviones, y los voy buscando por la calle para llamarlos a gritos: "Ocheeee", "Touuuuus", "Mióooon", "Ión".
No tengo paciencia. Si me dicen que a tomar el biberón, me lo tienen que dar ya. Si me dicen que nos vamos a la calle, nos tenemos que ir ya. Si quiero que me pinten una estrella, me la tienen que pintar ya. Y, si tardan más de medio segundo, me pongo nervioso y protesto. Es algo que mis papás están intentado cambiar, porque no les gusta nada que sea tan protestica, pero me parece que les va a costar.
Me encantan las galletas. En cuanto entro en una casa, pido "teeeta", ficho dónde las guardan cuando me la dan (porque siempre me la dan la primera vez) y la siguiente vez que voy me voy directamente a la cocina a señalarles exactamente lo que quiero. Ahí ya no siempre me salgo con la mía, porque juega en mi contra las veces que haya hecho lo mismo a lo largo del día.
Qué ganas tengo de que llegue el día en el que no tenga que pedirle las cosas a nadie, poder dibujar estrellas durante horas y horas, poner y quitar tapes a mi antojo y poder comer galletas hasta caerme de espaldas.
Por ejemplo, me encanta dibujar estrellas. O que me las dibujen, porque de momento no estoy muy contento con mis resultados artísticos. Puedo tener a mis padres o a mis abuelos rato y rato dibujando estrellas, grandes y pequeñas.
Me gusta poner los tapes. Es casi una obsesión. Incluso cuando estoy dormido y mis papás me dan agua exijo poner el tape al biberón. Grito: "¡Tapeeee!", lo coloco y me vuelvo a dormir.
No me gusta entrar en casa. Si me han sacado de paseo, me pasaría el resto de la vida en la calle. No veas cómo me enfado cuando me doy cuenta de que estamos volviendo al ascensor. Aquí también grito "¡Calleeeeee!", pero no cuela como con el tape.
Me gusta meter y sacar cosas. Tiro mis pañales con caca a la basura, ayudo a mamá a sacar la ropa de la lavadora y se la voy dando para que tienda y recojo las cosas en los cajones. Aunque a veces son las mismas cosas que he sacado antes porque sí, como los zapatos.
Conozco los nombres de muchas cosas y de muchos animales, el color verde, rojo, amarillo y azul y las vocales. También conozco la letra "m" y el número 6.
Me gusta mucho bailar y cantar, especialmente esa canción que dice: "Ooooooooooo...".
Me gustan los coches, los autobuses, los camiones y los aviones, y los voy buscando por la calle para llamarlos a gritos: "Ocheeee", "Touuuuus", "Mióooon", "Ión".
No tengo paciencia. Si me dicen que a tomar el biberón, me lo tienen que dar ya. Si me dicen que nos vamos a la calle, nos tenemos que ir ya. Si quiero que me pinten una estrella, me la tienen que pintar ya. Y, si tardan más de medio segundo, me pongo nervioso y protesto. Es algo que mis papás están intentado cambiar, porque no les gusta nada que sea tan protestica, pero me parece que les va a costar.
Me encantan las galletas. En cuanto entro en una casa, pido "teeeta", ficho dónde las guardan cuando me la dan (porque siempre me la dan la primera vez) y la siguiente vez que voy me voy directamente a la cocina a señalarles exactamente lo que quiero. Ahí ya no siempre me salgo con la mía, porque juega en mi contra las veces que haya hecho lo mismo a lo largo del día.
Qué ganas tengo de que llegue el día en el que no tenga que pedirle las cosas a nadie, poder dibujar estrellas durante horas y horas, poner y quitar tapes a mi antojo y poder comer galletas hasta caerme de espaldas.
Mateo es cierto todo lo que dices, pero no te quejes que a los que nos vuelves locos es a los que nos tienes alrededor,que tenemos que vigilarte, el otro dia me pusiste el lavavajillas sin enterarme y eso que es verdad que recoges todo que sacas, y lo que te gusta pisarme los pies, que lo haces a proposito para que proteste eh.
ResponderEliminarpero aun asi eres un encanto y te quiero mucho.