Los sábados por la mañana solemos ir a comprar con papá al supermercado. Reconozco que nos portamos un poco regular y que, a veces, campamos a nuestras anchas sin que mi padre pueda atarnos en corto (aunque tampoco es que le ponga mucho nervio a la cosa). Como esto sólo sucede los fines de semana, y casi siempre en el mismo supermercado, mi padre está convencido de que los trabajadores se deben de pensar que es un joven padre divorciado al que los fines de semana le toca hacerse cargo de los dos talibanes de hijos que tiene...
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