Mis papás hoy me han dado papilla de cereales por primera vez. Se supone que tenía que empezar a los cinco meses y los cumplo el viernes, pero mis papás han pensado que dos días más o menos en mi vida no pesan tanto como la posibilidad de dormir mejor dos días más o menos en las suyas, que parece ser que los bebés que cenan cereales duermen mucho mejor. Así que, aprovechando que Edhigy me ha regalado una caja enorme de cereales sin gluten, cereales al canto para cenar.
Al principio me los han dado con el biberón pero, por mucho que chupaba, de ahí no caía apenas. Después me los han puesto en un platico y me los han dado con cuchara. Por cada cucharada que me metían en la boca se me caía media, y me lo he pasado pipa. He metido la mano en el plato dos o tres veces y he puesto el babero de tela perdido, y con él, el pijama. Al final me han colocado un babero de plástico y ha sido más divertido aún; ni biberón, ni cucharita ni tontadas: el babero entero a la boca y a relamer los restos de papilla. Visto el zancocho, mis padres han decidido volver al biberón tras un cambio de tetina.
A esas alturas, de los 150 ml de papilla iniciales quedaban unos 60, y la mayor parte de los 90 restantes andaban repartidos entre los baberos y los biberones, pero ya no he querido comer más porque con tanto trajín me he puesto como una moto y me he hecho caca, así que mis papás se han dado por vencidos y me han metido teta y un biberón de leche normal. Pero la poca papilla que he comido me ha sabido buena.
Ahora duermo como un bendito. A papá le ha costado poquísimo dormirme y no me he despertado ni una vez (aún), pero no sé si será cosa de los cereales o de que he terminado agotado. Mañana os cuento.
Al principio me los han dado con el biberón pero, por mucho que chupaba, de ahí no caía apenas. Después me los han puesto en un platico y me los han dado con cuchara. Por cada cucharada que me metían en la boca se me caía media, y me lo he pasado pipa. He metido la mano en el plato dos o tres veces y he puesto el babero de tela perdido, y con él, el pijama. Al final me han colocado un babero de plástico y ha sido más divertido aún; ni biberón, ni cucharita ni tontadas: el babero entero a la boca y a relamer los restos de papilla. Visto el zancocho, mis padres han decidido volver al biberón tras un cambio de tetina.
A esas alturas, de los 150 ml de papilla iniciales quedaban unos 60, y la mayor parte de los 90 restantes andaban repartidos entre los baberos y los biberones, pero ya no he querido comer más porque con tanto trajín me he puesto como una moto y me he hecho caca, así que mis papás se han dado por vencidos y me han metido teta y un biberón de leche normal. Pero la poca papilla que he comido me ha sabido buena.
Ahora duermo como un bendito. A papá le ha costado poquísimo dormirme y no me he despertado ni una vez (aún), pero no sé si será cosa de los cereales o de que he terminado agotado. Mañana os cuento.
¿Y no lo habéis grabado? !!Quiero un vídeo de ese momento tan divertido!!
ResponderEliminarPero tú te crees que con ese trajín, que entre los dos no podían conmigo, estaban como para ponerse a grabar la escena? Aunque la verdad es que mi mamá lo propuso y mi papá no le hizo ni caso. Intentaré que me graben la próxima vez.
ResponderEliminarJa ja ja. Vaya caña de niño.
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