Cuando salgo a la calle muchas veces cojo una flor y se la regalo a mamá. Ella la coloca en un pequeño jarrón, con un poquito de agua, pero pronto se pone mustia y a mí me da mucha pena. Así que, un día, a mamá se le ocurrió una idea: regalarnos flores sin cortarlas.
Hicimos unas etiquetas y, como en el patio de nuestra casa hay muchos rosales, bajamos una tarde y Mario, mamá y yo elegimos la rosa que más nos gustaba a cada uno y nos las regalamos. Las rosas también se pusieron mustias con el tiempo, pero las etiquetas ahí siguen.
Hicimos unas etiquetas y, como en el patio de nuestra casa hay muchos rosales, bajamos una tarde y Mario, mamá y yo elegimos la rosa que más nos gustaba a cada uno y nos las regalamos. Las rosas también se pusieron mustias con el tiempo, pero las etiquetas ahí siguen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario