viernes, 2 de septiembre de 2011

el rayo mcqueen

Si el año pasado mi mayor afición eran las grúas y los vehículos de la construcción en general (ver post), este año me ha dado por las motos y los coches: descapotables, pick-ups, todoterrenos... y de carreras. Para mí, todos son de carreras. Veo coches de carreras por todas partes. Muy cutre tiene que ser el coche para que yo no lo considere de carreras. Consecuencia: me pego los paseos al grito de "¡Mira, un coche de carreras azul!","¡Mira, un coche de carreras rojo!", para paciencia de mis padres. Cualquier vehículo con ruedas me llama la atención, qué le voy a hacer yo. Soy un niño.

Pero si hay un coche por el que sienta especial predilección, ese es el Rayo McQueen. Tengo tres. Uno normalito, que fue el que desencadenó todo (gracias, Galia, nunca te lo agradeceré lo suficiente y mis padres te la guardarán de por vida), uno que me compró mi yaya Nieves que reposta gasolina y sale disparado, y otro que me compró mi yaya Azu que es una falsificación de las que claman al cielo (el Rayo McQueen, por ejemplo, lleva el número 95 y éste el 98) pero que tiene luces, música, se mueve solo de aquí para allá y mola un montón (mis padres también se la guardan a mi abuela Azu).

Como me gusta tanto, siempre me llevo uno a todas partes. Y, claro, normalmente luego no sé dónde lo he metido. Y venga todos a buscar el Rayo McQueen. Porque, claro, volverse a casa sin él es una tragedia. Mi madre se pega el día siguiéndole la pista. Si no fuera por ella, ya lo habría perdido en cualquier parte. Un día, antes de tener el tercero, se extraviaron los dos en casa a la vez. Era la hora de dormir y ya se mascaba la tragedia. Pero, ufff, menos mal que aparecieron y me pude ir a dormir tranquilo con uno bien agarrado en la mano.

Me gusta tanto que ahora, como no se me da muy bien eso de sonreír en las fotos (me parezco a Chandler en el capítulo de las fotos con Mónica), en vez de decir "patata" mi madre me pide que diga "Rayo McQueeeeeeeen" y salgo la mar de majo.

2 comentarios:

  1. Hola Mateo, mi hijo de 2 años y medio tiene el mismo modelo, igualico, igualico que el que llevas en la mano. ; Me encanta tu blog, cada vez que paso por aquí y observo tus hazañas veo reflejado a mi hijo...

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  2. Hola, Javier.

    Por lo que dices, tu hijo y yo nos íbamos a llevar bien (por cierto, si le ha tocado empezar el cole este año mándale mi solidaridad, yo estoy en las mismas). El Rayo de la foto es el primero; lo tengo ya algo cascado pero da igual. En comparación con otros de mis vehículos (autobuses sin ruedas o aviones sin alas que no consiento que se vayan a la basura), está estupendo.

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