Aquí estamos mi hermano y yo de buen rollo aunque, la verdad, no sé si Mario se fiaba mucho de que no fuera a dejarle caer "accidentalmente". Pobre Mariete. Le tengo un poco asustado porque a veces me pueden los nervios y le pego cada viaje y cada grito que para qué. Me emociono y me descontrolo, pero lo hago sin querer porque en realidad le quiero mucho, más ahora que ya hace alguna cosita más divertida como ruidos, cogerme del pelo o tocarme la cara. Yo creo que nos vamos a llevar bien...
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